lunes, 26 de marzo de 2012

Recetario: Brochetas de pollo (yakitori) con salsa teriyaki


Después de estar una semana de baja médica por lumbago nada mejor que volver a la regularidad de la cocina y al disfutre de la finca en un domingo de sol y brisa fresca agradable. No me dejaron tocar el sacho o entretenerme en las cosas de mantenimiento, ni coger el motocultor. Nada de nada, sólo me dejaron cocinar y se me ocurrió para ese día algo de comida japonesa y un viejo postre crumble con helado de vainilla que hacía tiempo no hacía.

Para la ocasión se me ocurrió preparar unos pinchitos de pechuga de pollo fresco a la plancha (yakitori), con salsa teriyaki, acompañados por un arroz lo más parecido al pilaf originario de Persia y extendido a Turquía, India y el mediterráneo oriental. En mi receta, como verán, no sigo la ortodoxia del pilaf.

Ingredientes:

Para el pollo

- 3/4 de pechuga fresca de pollo en tacos medianos
- 1 cebolleta o más
-  Tomates pequeños maduros pero duritos
- Soja, sal y aceite

Para la salsa

- Soja
- Mirin
- Sake
- Azúcar (en este caso morena o miel)
- El vino de arroz y el sake dulce lo sustituí por un vino blanco semiseco (Frontón de Oro de La Vega de San Mateo)

Para el arroz

- 250 kg de arroz (personalmente utilizo basmati)
- 1/2 puerro
-1/2 de cebolleta
- 2 cuharadas de mostaza de Dijon
- 150 kg de piñones 
- 150 kg de pasas sin pipa
- Vino dulce, Oporto (para este plato el vino dulce (mistela) del Pepito el del Roque del que ya les he hablado
- Caldo de verdura o pollo
- Aceite, sal y unas gotas de soja

Preparación:

a) Brocheta:

Ensartamos en el bambú, primero la cebolla para que nos sirva de base y guía, seguimos con el pollo y terminamos con el tomate y aseguramos el cierre también con cebolla. Repetimos la serie hasta llegar al extremo. Colocamos las brochetas terminadas en una bandeja y las rociamos prudentemente con soja. Las dejamos en descanso 1/2 hora y antes de pasarlas a la plancha salamos ligeramente y rociamos con un hilillo de aceite. La dejamos en la plancha a fuego suave al gusto de los invitados.

b) Salsa:

En este caso en un calentador ponemos la soja (aproximadamente 1 cuchrada y media por comensal), igual cantidad de vino blanco,o en su caso, mitad de mirin e igual cantidad de sake y tres cucharadas o más según gusto de azúcar moreno.Dejamos guisar a fuego lento, revolviendo hasta que se reduzca y empiece a espesar. Para adelantar tiempo, una vez que se haga el primer hervor suave se puede añadir una pizca de maicena diluida en agua para conseguir el punto de napado brillante. A mi me gusta reservar la salsa para, con brocha, pasarla por la brocheta una vez emplatada.

c) Arroz:

Sofreimos el puerro y la cebolleta. Cuando pochen, añadimos los piñones para que se tuesten suavemente, y las pasas con el jugo de la mistela. Dejamos evaporar, cuchareamos la mostaza y le añadimos la soja, revolvemos, ponemos el arroz, salamos si hace falta y finalmente vertemos el caldo caliente. Terminamos el plato, si puede ser en el  horno los 10 minutos finales (lo recomiendo)

Emplatado:

Colocamos dos brochetas por plato y su correspondente ración de arroz. Salpicamos el plato con algo de salsa teriyaki y cruzamos dos tallos de ajete. Como siempre el buen vino que no falte. Entre otros, un espumoso portugués sería una acertada elección.

PD.: El árbol en flor que encabeza esta entrada es un ciruelo. Todo apunta a que este año tendremos buenas frutas en Finca Mayo.

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