miércoles, 13 de febrero de 2019

La burguesita canaria


Hoy en nuestro país, España, el Congreso de los Diputados rechazó los Presupuestos Generales del Estado para 2019. La derecha, como siempre, unida coyunturalmente, aunque sus líderes principales, Casado y Rivera, se disputan entre sí, ante las próximas elecciones autonómicas, municipales y europeos y, posiblemente, las generales después de lo que pasó hoy en el Congreso, el liderazgo de la derecha,  a los que se unirá el grupo extraparlamentario VOX, es decir, la ultraderecha nacional españolista,  que ya tocó poder, recientemente, en el Parlamento Autonómico Andaluz.

Derrota de la izquierda, en su conjunto, tras el rechazo también, sobretodo, de la izquierda nacionalista catalana y los nacionalistas catalanes de derecha, que anteriormente facilitaron la salida del Gobierno de Mariano Rajoy tras la moción de censura, y que facilitó la Presidencia del Gobierno al PSOE de Pedro Sánchez.


Mientras esto ocurría, casi en paralelo en el Tribunal Supremo, presidido por el Magistrado Manuel Marchena Gómez, canario de nacimiento, se iniciaba la vista pública de los encausados por rebelión, a todo el Gobierno de la Generalidad, otros altos cargos de sus instituciones y representantes de organizaciones cívicas, a propuesta del Fiscal del Supremo, por declarar en su Parlamento, por mayoría, la independencia de España, proclamándose, además, a Cataluña en una República.

Por cierto, hasta hoy, el Presidente Marchena ha ejercido su labor jurisdiccional con absoluta profesionalidad y equilibrio exquisitos.

Pero en esta entrada, y no quiero desviarme del título de este post, sólo he querido, casi con pinzas, contextualizar la intervención de una Diputada canaria en este tinglado de concatenación de hechos, en sí mismo complejos, donde lo jurídico y lo político se dan la mano.





La Diputada por Tenerife Ana Oramas González- Moro, del partido político Coalición Canaria, muchos años ya en el cargo, tuvo hoy una intervención muy desafortunada al referirse de forma despectiva y faltona a la ministra andaluza de Hacienda que defendía estos presupuestos eminentemente sociales. Poco menos decía que la ministra había confundido destinar su defensa de los presupuestos en vez de a sus señorías, a los habitantes del barrio obrero y marginal de las 3.000 viviendas de una zona de exclusión de Sevilla.



No es la primera vez que la Sra. Oramas deja al descubierto su torpeza política y su sentido de clase. Esta burguesita lagunera, de familia bien, genera vergüenza ajena a un sector muy amplio de los canarios por sus meteduras de pata, por supuesto, consciente de lo que dice y milita. Ciertamente, no son errores tácticos de sus apreciaciones, son mas bien el sustento ideológico de su posición de conservadora de derechas. 

Ya hace muchos años que esta diputada autonómica y nacional, que también fue Concejal y Alcaldesa de San Cristóbal de La Laguna,  miembro destacada de Coalición Canaria,  vive de sus rentas de familia rica y también durante varias décadas del erario público. Representa, como ninguna otra persona, el ideario conservador y de derechas de su curriculum personal y del su Partido que no es otro mas que el se su visión neoliberal e insularista.

Me indigna que, una vez más, tenga ese desprecio por las clases populares y por ese cinismo patológico con que se enfrenta al debate en actitud resabida e insultante.  A mí no me representa.