En Finca Mayo siempre sembramos en invierno arvejas y habas, que para mi son mi debilidad, pues me recuerdan mucho mis estancias infantiles en el pueblo de Haría de la isla de Lanzarote, donde la familia materna las cultivaban, junto a otras legumbres de invierno, para su consumo en verde o dejarlas para el verano tras la trilla, como las lentejas, garbanzos, chícharos y demás granos. Por cierto estos granos conejeros y también majoreros eran muy apreciados en todas las islas por su excelente calidad.

Ya estoy programando para la familia y amistades el "rehogado de arvejas con costillas" que nos reúne en FM para compartir mesa y tertulia. Próximamente tendrán noticias de estos eventos y, por supuesto, de la correspondiente receta que es muy apreciada por todos. Por lo demás, las cosas van bien y, particularmente, de lo que estoy muy satisfecho es de la recuperación del cultivo del trigo, simiente traída de Garafía de la isla de La Palma, y de la mejora del cultivo en espaldera de la vid.
Ante la pérdida total de la vendimia de 2018 espero mimar y cuidar los parrales para volver a repetir y embotellar la rica mistela de la cosecha de 2017 que tanto aprecio ha tenido entre la familia y amigos. En verano, volveremos a vivir la recogida del trigo, la trilla y el valeo Duro trabajo que da la agricultura pero que me hace tocar un pizco de mi felicidad actual.