miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Gobernar en solitario o pacto de gobierno?

Difícil e imprevisible se presentan las posibilidades de pactos post-electorales en Canarias. Las encuestas no determinan nítidamente qué partidos saldrán vencedores y cuáles perdedores en estas elecciones locales.y autonómicas. Los conservadores tratan de transmitir a los electores, sin convencimiento y trastocando el calendario electoral, la idea de que ahora les toca a ellos gobernar y que éstas elecciones  son el  preludio de lo que podría pasar en la elecciones generales del 2012. A mi juicio esta estrategia conservadora es equivocada, pierde fuelle y deja al descubierto la desnudez patriótica de la que ha hecho gala el PP, precisamente en asuntos de Estado, cuando más se les pedía colaboración y entendimiento frente a temas como la crisis económica-financiera, el terrorismo, el desempleo, las polítícas sociales, las libertades,  etc. No han tenido el menor escrúpulo en decir NO y NO, una y otra vez, hasta el aburrimiento con la intención de aprovecharse del desgaste del Gobierno y adelantarse a los acontecimientos de una posible mejora en la reactivación económica de nuestro país y la derrota efectiva al terrorismo de ETA. A nivel autonómico, el PP materializa esta estrategia, siguiendo las consignas de Génova, con la ruptura y salida del pacto de Gobierno firmado con Paulino Rivero, ya que éste se acercaba demasido, a nivel estatal, al PSOE. Sus líderes principales, por mucho que lo adornen, han perdido toda credibilidad ante la ciudadanía y ésto se tendrá en cuenta y les pasará factura. 

Los nacionalistas de CC acuden a estas elecciones con un mensaje repetitivo, nada ilusionante, metementodo, derrochador, salpicado de corrupción, pobretón, de romerías, muy de papas con mojo y caldo de pescado, y footing presidencial que no falte. Mientras tanto, seguían empeñados en el mal uso del presupuesto público en proyectos como la Policía Canaria, la proliferación de Agencias, Fundaciones, Empresas Públicas y Organismos Autónomos variopintos y, caso aparte, la mamandurria autonómica (radio y televisión autonómicas) con su programación de marreros, benaventes, artiles, carmelos y otros personajillos de los medios. En contra, la gestión de este gobierno autonómico de CC, tiene el mérito de situar nuestros índices de gestión públicos en la cola de todos los estadísticos,  como la aplicación de la Ley de la Dependencia, Sanidad, Educación, Medio Ambiente, etc.

Los socialistas, herederos de un patrimonio electoral como nunca han tenido, se presentan a estas elecciones  con el síndrome del desgaste del PSOE nacional y con cierta servidumbre de los nacionalistas de CC por su apoyo puntual a Rodríguez Zapatero. José Miguel Pérez, candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, parece que, a fuerza de pedagogía,  va logrando atemperar el pasado y la influencia electoral de su antecesor en la  Secretaría General. El Partido Socialista Canario empieza a creerse, a pesar de su cainismo y deserciones internas, que no todo está perdido. A pesar de todo, sigue siendo un referente imperfecto de la izquierda, en consecuencia, de las libertades y derechos civiles logrados en contra de la reacción conservadora y de derechas de este país.

Si se confirman los pronósticos, a nivel del Parlamento regional, lo más probable es que  ningún partido de los posibles que puedan superar las barreras electorales, pueda formar Gobierno por sí solo si no es a través de un pacto de Gobierno o de un acuerdo para que sea en solitario el partido más votado quien asuma la responsabilidad de formar gobierno, o mejor,  el que obtenga más diputados. En esa coyuntura podrían  verse Nueva Canarias o Socialistas X Tenerife si finalmente obtinen los dos y un diputados que las encuestas les asignan. En cualquier caso, no podrá ejercer de partidos bisagra, aunque su presencia en el Parlamento podría traer aire fresco al nacionalismo progresista y al socialismo escindido. La salida a esta situación podría ser la reedición del pacto CC-PP o, aunque fuera discordante e impensable, el pacto PSCanario-PP. Todo apunta, en la estrategia de las elecciones generales del 2012 y la práctica que ha seguido anteriormente   CC, que sea más factible un pacto CC-PP. El PP lo necesita para reforzar en las islas el camino de Rajoy a la Moncloa y CC se deja querer. La otra posibilidad es mandar a CC a la oposición dándole  así de beber   su propio veneno. En política hay muchas cosas posibles, pero también existen los límites,  y  los valores de la izquierda serían los que el PSCanario tendría que poner sobre la mesa de negociación.¿Justificaría un posible pacto PP-PSCanario el hecho de enterrar, por un tiempo, la forma de hacer política que ha practicado CC en casi dos décadas? Lo que pediría el cuerpo a muchos es que sí, aunque en esta hipótesis  pactista habría también que sopesar qué es lo que perdería el PSCanario de su identidad histórica. Personalmente pienso que perdería mucho, si bien aceptaría esa posibilidad, ciertamente arriesgda.

Desde un punto de vista posibilista, si hubiera acuerdo expreso (sin letra menuda) entre todas las fuerzas políticas y dada la realidad de nuestro sistema electoral, debiera tomar la iniciativa de gobernar el partido con más número de diputados, si bién con el apoyo del resto para aquellos asuntos que precisaran mayorías regladas. Un Gobierno en minoría exige siempre a sus titulares buscar concensos y acuerdos puntuales. No veo que resulte probable esta inestable opción. Así que, muy a nuestro pesar, seguiremos teniendo un Gobierno reeditado, por muchos trastos que se tiren a la cabeza Paulino y Soria. El PSCanario deberá esperar a la próxima legislatura y desempeñar con dignidad, seriedad y contundencia su labor de oposición, manteniendo de forma constante su referencia de partido progresista y de izquierdas.