Sigo con los postres de Ottolenghi para sorprender a la familia. El de hoy es una delicia sencilla de hacer, aunque también tiene su trabajo, sobretodo cuando se elabora por primera vez.
Tiene por nombre "Teacakes de limón, arándanos y almendras", que traducido al canario (jajaja) sería como "quequito de limón". Lo mas atractivo y visual de este postre es el glaseado, que le da un sabor, en la primera mordida, de dulce-agrio que compensa la acidez del arándano. Modifiqué el glaseado, sustituyendo el limón por kirsch. El postre, en su masa, ya lleva ralladura y zumo de limón, por eso lo del glaseado de limón en la receta original, que yo me atreví a cambiar por el kirsch.
Otro de los elementos a destacar en la masa es la presencia dominante de la almendra molida a la que se le añade 45 g de harina blanca que respeté. Me gustan las masas elaboradas sólo con almendra molida, libres de harina, muy parecidas a los bizcochos sefardíes.
Hoy en las islas tenemos siroco, han subido las temperaturas y el polvo del Sahara nos mantiene encerrados en las casas.