viernes, 10 de junio de 2011

vuelo rasante

Les adelanto, aunque a destiempo, que he cambiado el diseño de mi blog. Algunos amigos me han sugerido que cambiara el título. Prejubilado, título originario, me decían que podría despistar al lector y dirigirlo, sea dicho con absoluto respeto a los pre y jubilados, a temas de pensiones y a viajes del INSERSO. El contenido y la filosofía del nuevo diseño, seguirá siendo el mismo.¿Porqué  vuelo rasante? La verdad que su elección fué fortuita. Esperando la salida a un semáforo, a mi lado, se colocó una furgoneta comercial que llevaba el rótulo de "rasante". Pensé que ése sería un buen título unido a vuelo.Y así fué, cambié el fondo, pasando de la casa vieja  a una tarde de fría lluvia  de invierno vista desde una ventana, con su cristal casi empañado y los hilillos de gotas de agua cayendo caprichosamente en vertical. Me trajo a la memoria un poema de Antonio Machado "Una tarde parda y fría de invierno. Monotonía de lluvia tras los cristales." , que me marcó desde muy pequeño  (9-10 años) cuando estudiaba en el colegio La Salle  de la calle Luis Antúnez de las  Alcaravaneras,  en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. 

Volviendo al porqué, después de elegir el nuevo nombre lo tuve que asociar a un ave y,  mi compañero de despacho me sugirió el nombre del guirre.  Es ésta una rapaz canaria que se ha ido extinguiendo en los últimos años. Practicamente su hábitat  se circunscribe a las islas de Fuerteventura, donde más, y a Lanzarote.  Elegí una imagen en pleno vuelo, sin tocar tierra, observando todo lo que existe y se mueve bajo su mirada. Dejando a un lado otras características de este  ave, lo que entiendo que conforma su parecido a este blog, es precisamente su vuelo rasante. En realidad, es lo que hago , tocar ligeramente las cosas de la vida en la idea de conocerlas, estudiarlas y depués, ya veremos. Creo que en nuestra existencia,  a menudo, damos toques rasantes, a veces de reconocimiento y, otras remontamos el vuelo porque lo tocado no nos interesa. Admito que lo escrito hasta aquí tiene muchos matices, así que, si se animan pueden participar enviado sus comentarios. Creo que lo próximo que escriba tiene que ver con alguna ruta de senderismo y más recetas. La política la dejo para cuando se constituyan las corporaciones locales y el  pacto para el Gobierno, si antes no les estalla en la mano a sus principales promotores.

Recetario: Caldereta de cordero


Siempre pregunto a mis hijos, cuando quiero sorprenderlos, qué es lo que les apetece comer. En esta ocasión la iniciativa la sugerí yo. Había un motivo especial, mi hijo el mayor cumplía años. En la fecha de su nacimiento biológico se fue a Barcelona para celebrar, en Canaletas, la más que probable victoria, como así sucedió, del Barça. En esta ocasión le prometí, cuando regresara, que nos  reuniríamos en la finca para hacer un cordero al horno de leña. Pero el tiempo no me dejó, la leña disponible estaba más que húmeda por las gotas que calleron esa mañana. Así que se me ocurrió hacer una "caldereta de cordero". Es su carne preferida y no puso objeciones.

Ingredientes:

- Paletilla de cordero troceada
- Cebollas: en esta ocasión opté por las chalotas
- Una cuhara de pimentón dulce
- Un ramillete de hierbas: romero, tomillo, orégano y laurel
- Aceite de oliva virgen
- Vino blanco
- Cuatro ñoras hidratadas
- Papas troceadas
- Caldo de carne o fumet concentrado
- Azafrán en rama
- Pimienta blanca molida
- Cabeza de ajo
- Uno o dos tomates maduros

Preparación:

Lo ideal es trabajar esta receta en una cazuela de barro. Salpimentamos los trozos de cordero, ponemos en la cazuela un buen chorro de aceite con la cabeza de ajo.  Dejamos que caliente y marcamos a fuego fuerte el cordero, sacamos y reservamos. Ponemos en ese aceite las chalotas enteras y esperamos a que se doren hasta que cojan un color rubio tirando a oro de otoño. Soltamos el pimentón sin que se queme  y   la pulpa de la ñora. Añadimos el tomate pelado y triturado para que se termine de sofreir con las chalotas y la cabeza de ajo. Cuando el tomate esté a punto de salsa y haya perdido su propia agua se incorpora el vino (2 vasos). Dejamos que evapore un poco. Finalmente ponemos el caldo elaborado. Es el momento de introducir los trozos de carne marcada y el manojo de hierbas. Abandonamos el guiso, a fuego medio, una hora / hora y media,  para que todos los ingredientes de la cooción intercambien sus jugos. Probamos de sal y resolvemos lo que nos parezca. La última incorporación serán las papas partidas en chasquido para facilitar la suelta del almidón y así espese y se ligue el caldo resultante.  Con treinta, curenta minutos más de fuego terminamos el plato. Si no nos gusta el color  natural de la salsa podemos añadir azafrán en rama. Finalmente dejamos reposar de 10 a 15 minutos.

Emplatado:

Escogemos un trozo de cordero y lo rodeamos de papas bañadas en su salsa. Decoranos con una ramita de romero y orégano frescos. Acompañamos el plato con un buen vino tinto. Todavía el de mi cosecha no está a punto, así que escogí uno que me regalaron unos amigos de la Aldea de San Nicolás, de la bodega de sus padres. La verdad que entraba muy bien con el cordero.

Terminamos la comida con un postre-tarta que le hice a mi hijo por su cumpleaños. En una próxima entrada les hablaré de esta tarta de chocolate que aprendí de mi madre.